Por Sergio Beristain Souza
Cuando se habla del gas natural en los medios, sólo se habla de manera parcial del tema, unos hablan nada mas de la distribución (consumo), otros hablan de los contratos de servicios múltiples (extracción), otros de gas natural licuado (plantas LNG), otros de transporte de gas natural, otros del precio del mismo, etc…, pero este tema en particular requiere ser abordado en su conjunto, desde que es extraído del subsuelo, hasta que es consumido en nuestros hogares o industrias.
Como mera referencia al lector en general, el gas natural se encuentra conformado por una mezcla de hidrocarburos, primordialmente por metano; el gas natural se encuentra en yacimientos subterráneos, de ahí su nombre. Siendo México un país rico en gas natural, se requiere eficientar su extracción, procesamiento y consumo, dado que es una de las fuentes de energía más limpia y costeable.
Con la firma y ratificación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, la industria del petróleo y sus derivados pretende evolucionar significativamente en nuestro país, reformándose parcialmente la legislación respectiva a fin de poder contar con la inversión necesaria para fomentar la producción y desarrollo del sector.
Hasta antes del Tratado de Libre Comercio, la regulación de hidrocarburos entre los que se encuentra el gas natural, se encontraba en la Ley Reglamentaria del Artículo 27 Constitucional en el Ramo del Petróleo, que data de 1958. El 11 de mayo de 1995, se publicó en el Diario Oficial de la Federación, el Decreto que reforma y adiciona diversas disposiciones de la Ley Reglamentaria del Artículo 27 Constitucional en el Ramo del Petróleo, dentro de las cuales se prevé la intervención de los sectores social y privado en la distribución, almacenamiento y transporte de gas natural, los que podrán construir, operar y ser propietarios de ductos, instalaciones y equipos en los términos de las disposiciones reglamentarias, técnicas y de regulación correspondientes.
Con las reformas legales arriba mencionadas, se generó un ambiente de optimismo y esperanza que se creyó impulsaría la inversión extranjera y nacional en este nicho, se le quitaría la responsabilidad de estas actividades paulatinamente a PEMEX y sería más eficiente este sector, sin embargo, a casi 10 años de las reformas multicitadas, la suerte del gas natural no ha sido la esperada, debido a diversas circunstancias.
El Transporte y la Distribución de gas natural y no obstante que, la construcción y tendido de gasoductos implica la declaratoria de Utilidad Pública en predios de propiedad pública, social e incluso privada en términos del párrafo sexto del artículo 10 de la “Ley Reglamentaria del Artículo 27 Constitucional en el Ramo de Petróleo”, del artículo 107 del “Reglamento de Gas Natural” y del artículo 10 de la “Ley de la Comisión Reguladora de Energía”, dicha labor no ha sido nada fácil, empresas nacionales y sobre todo extranjeras como distribuidoras o como transportistas, han encontrado infinidad de dificultades para realizar las obras materia de su objeto, tales como negación de permisos de construcción por parte de Municipios y Delegaciones, oposición por parte de “vecinos” a la realización de las obras, información falsa y tendenciosa por parte de empresas distribuidoras de otros energéticos y de algunos medios de comunicación, falta de apoyo de las autoridades en la difusión y promoción del gas natural, manipulación política partidista, etcétera, todo lo anterior deriva de una falta de cultura en la utilización de este energético, de desinformación de la población, así como, de una preocupante falta de atención y coordinación de autoridades federales, estatales y municipales que garanticen la viabilidad en el desarrollo de este sector.
Después de un clima de incertidumbre política, en donde la discusión de la aprobación de las reformas en materia energética necesarias para impulsar la exploración y extracción de petróleo y gas natural, se encuentran enconadas entre el ejecutivo y diversos sectores del legislativo, que el ambiente político se ha deteriorado al grado de que la Suprema Corte de Justicia de la Nación ha tenido que resolver Controversias Constitucionales entre los poderes mencionados, controversias que en realidad son diferencias entre posturas dogmáticas e inflexibles entre los 2 poderes. Sólo por ejemplo de lo antes señalado, sabemos que hace poco más de 2 años, la Corte resolvió por mayoría de votos que el Reglamento de la Ley Federal del Servicio Publico de Energía Eléctrica, iba mas allá de sus atribuciones al permitir que empresas particulares pudiesen vender sus excedentes de producción de electricidad a la Comisión Federal de Electricidad (generación que se realiza en grado importante con gas natural), por lo que algunas empresas productoras que obtuvieron permisos para generar energía eléctrica antes de dicha controversia, actualmente se encuentran en un estado de incertidumbre jurídica, circunstancia que hace pensar 2 veces a empresas del sector en querer participar en proyectos relacionados con la exploración, extracción, distribución y transporte de gas natural en nuestro país, a tal grado que la Comisión Reguladora de Energía haya tenido que cancelar la Licitación Pública Internacional para la distribución de gas natural en la zona geográfica de Veracruz. Por otro lado y paradójicamente, se han estado concibiendo plantas de gas natural licuado en nuestro país, lo que evidencia un crecimiento en la importación de dicho energético.
En cuanto a la Extracción, tenemos varias y diversas zonas territoriales por explorar, una de ellas, la inmensa cuenca de Burgos en el norte del País, cuenca que geográficamente se comparte con nuestro país vecino del norte. Recientemente PEMEX Exploración ha celebrado contratos de obra pública con reconocidas empresas privadas nacionales y extranjeras (contratos de servicios múltiples), con el objeto de que éstas realicen la exploración y búsqueda de gas natural y su posterior extracción, y evitar así que PEMEX distraiga recursos en estos trabajos, esquema que bajo nuestro criterio es acorde a nuestra legislación y que es un excelente instrumento legal perfeccionable para que PEMEX, CFE o instancias similares obtengan de manera legal la salida emergente a sus proyectos esenciales para el desarrollo de la nación y que por cuestiones de inmadurez política del entorno, no han podido ser solucionadas con reformas a la ley que den plenitud de certidumbre jurídica y económica al país y a los actores nacionales e internacionales. Sin embargo, un grupo de Senadores y Diputados de la actual legislatura han cuestionado, e incluso de manera legal aventurada, han demandado su nulidad ante los tribunales, desalentando así las intenciones de inversión privada y mejora tecnológica en el sector. Ahondando en el tema, los contratos de servicios múltiples son instrumentos jurídicos de gran valor, mismos que han sido concebidos mediante un proceso de maduración y colaboración del foro jurídico relacionado íntimamente con el sector y también con un amplio conocimiento del marco regulatorio y de la Ley de Obra Pública, dicho modelo de contrato es desde luego como ya se señaló perfectible, pero el mismo estimamos es congruente con la ley y detrás de los intereses políticos, sólo podemos emitir que por el momento es el mejor camino de PEMEX para conseguir avanzar en dichas tareas.
Es claro que nos encontramos ante un problema que representa un circulo vicioso, por una parte el Congreso de la Unión se niega a reformar el régimen fiscal de PEMEX, por lo que la paraestatal al no contar con recursos que le permitan realizar obras de exploración y extracción, se ve en la necesidad de buscar soluciones alternas para hacerse de mas recursos en un mundo cada vez mas globalizado y competitivo como es la celebración de los Contratos de Servicios Múltiples, y al hacerlo recibe la desaprobación y desden de miembros del propio Congreso, llegando incluso a la promoción de litigios, todo esto claro generando un clima de hostilidad en nuestra clase política, de incertidumbre en la población y en los posibles inversionistas nacionales y extranjeros, cada vez mas pensativos en sus intenciones de inversión en este sector.
En cuanto a las plantas de gas natural licuado (plantas LNG), que no son otra cosa que plantas de regasificación de gas natural que importamos, al carecerse de un entorno favorable a la exploración y extracción del gas natural, mismo que sí poseemos en las entrañas de nuestro suelo. Dichos proyectos de plantas de regasificación también han pasado por la desgracia de intereses políticos locales y federales, como son los proyectos en Baja California, o el proyecto listo para ejecutarse de Lázaro Cárdenas, que por diferencias entre PEMEX y CFE está en la incertidumbre. Esperemos que en esta área, el desarrollo sea menos complejo y que al menos CFE haya anunciado un entusiasta programa de crecimiento de plantas de regasificación, que ahorraría millones de dólares a la industria eléctrica.
El Almacenamiento de gas natural es otro cuello de botella de la industria, existen empresas nacionales y extranjeras con diversidad de proyectos que desahogarían y detonarían serias complicaciones de falta de infraestructura y riesgos por ausencia de gas natural en las zonas de transporte y distribución. Esta circunstancia que la Comisión Reguladora de Energía no es ajena, pero que no cuenta con un presupuesto ni para realizar la regulación de lo esencial de sus atribuciones y que sólo observa con preocupación la constante problemática del almacenamiento. El almacenamiento de gas natural, así como, el transporte de gas natural tienen como principal obstáculo el aspecto financiero, ya que son pocos los proyectos que podrían ser financieramente viables, sin embargo, la solución compleja per se, puede estar en integrar la red de gas natural nacional en un sistema de contribuciones y apoyos, que se sustenten entre si los diversos procesos del gas natural, como son la extracción, procesamiento, almacenamiento, transporte, distribución y consumo.
Tenemos que partir de la idea de que el gas natural significa progreso y bienestar económico para nuestro país, que además es un país rico en reservas de dicho energético. Mientras nuestra clase política en los ámbitos federales y locales, no unan sus esfuerzos en una sola dirección en este tema tan importante, seguiremos trabajando en un esquema sin reglas claras, importando gas natural de otros países y sin poder utilizar en provecho de todos los mexicanos un recurso del que somos ricos, ya que no hay que olvidar que en nuestro país, contamos con extraordinarias reservas probadas de gas natural.
EL MUNDO DEL PETROLEO | Año 2 Tomo 8 Febrero – Marzo 2005 | Pag. 72-73